Disertación del Ing. George R. Schofield Bonello, con motivo de las celebraciones del 52º aniversario de la creación de la Asociación Peruana de Técnicos Textiles.

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Disertación del Ing. George R. Schofield Bonello, con motivo de las celebraciones del 52º aniversario de la creación de la Asociación Peruana de Técnicos Textiles.

Señor Presidente de la APTT, Ing. Daniel Delgadillo Amoretti

Distinguidos Miembros de la Directiva de la APTT

Apreciados colegas y amigos

Damas y caballeros

Es sumamente grato para mí volver a exponer en este prestigioso foro de profesionales. La primera vez que tuve este privilegio fue cuando la institución cumplió quince años de creada.

En esa oportunidad, con gran entusiasmo, proyecté que al término de los siguientes quince años, la economía en el Perú se habría duplicado. Por razones que todos conocemos, la década de los años 80 resultó desastrosa y la corrección de los desaciertos tomó buena parte de la siguiente década y ciertamente no se cumplieron mis predicciones. Recordemos que en 1990 la inflación (IPC) superó el 7,500 %.

Por sugerencia de los organizadores del evento, voy a desarrollar un tema de permanente vigencia en el Perú y que, por haber vivido inmerso en él por más de sesenta años, me apasiona.

La universidad, la empresa y la enseñanza de la ingeniería en el Perú.

Hablar de la relación entre la universidad y la empresa es referirse al rol compartido que ambas tienen en la sociedad en la que se desenvuelven.

Una necesita de la otra para cumplir a cabalidad su respectivo rol social que, en última instancia, converge en la búsqueda del bien común de la Nación.

Entrados en el siglo XXI, a inicios del tercer milenio del cristianismo, nos encontramos en la era del conocimiento, de la información y de las comunicaciones; vivimos una era “post moderna” y “post informacional”. Las fronteras nacionales de los países se han derrumbado, ya no hay limitaciones de tiempo, espacio o lugar; las fronteras ya no separan, sino unen a los pueblos.

Actualmente, en el Perú, coexisten más de 140 universidades. Entre ellas, aproximadamente 40 son estatales, siendo la gran mayoría privadas. Hace 60 años las contábamos con los dedos de la mano y solamente había una semiprivada.

La gratuidad de la enseñanza en las universidades públicas establece una diferencia significativa en cuanto al rol social que les corresponde.

En general, la demanda y preferencia por las universidades públicas se concentra en postulantes de bajos recursos económicos. La demanda es masiva, por lo que obliga a una rigurosa selección.

En Lima, las universidades públicas más antiguas son las más grandes y, por el prestigio bien ganado durante su larga trayectoria académica y contribución a la sociedad, son referentes nacionales e internacionales.

Evaluando el rol de las universidades en el Perú, podemos aseverar que este no se cumple a cabalidad por múltiples razones que escapan a sus facultades, sean estas de naturaleza política, jurídica, geográfica o económica.

La proliferación indiscriminada de universidades en nuestro país atenta contra la calidad de la enseñanza. Los recursos económicos del Estado que se destinan a la educación son exiguos (menos del 3% del PBI) y alejados de la meta consensuada en el Foro del Acuerdo Nacional (6% del PBI para el año 2012); más aun los asignados a la educación superior (universitaria y no universitaria). Del mismo modo, los recursos destinados al fomento de la ciencia y tecnología en el Perú son mínimos (en la Unión Europea la meta es 3% del PBI).

Al repartir estos escasos recursos entre las universidades públicas existentes, estos devienen diminutos y no permiten alcanzar niveles adecuados de modernidad en equipamiento, infraestructura, información, comunicaciones, ni mucho menos el de remuneraciones que aseguren la idoneidad y la cantidad de docentes, investigadores y funcionarios necesarios para asegurar la calidad de la enseñanza y la generación y transferencia de conocimientos.

Actualmente, la distribución regional de los “cánones mineros” está ayudando a las Universidades públicas. Sin embargo, la distribución es heterogénea y aleatoria.

Lo cierto es que confrontamos una cada vez más acelerada internacionalización de las relaciones humanas y culturales y del intercambio de bienes y servicios. Hemos ingresado en la era digital. Los avances tecnológicos de esta época están originando cambios profundos en nuestra sociedad, demografía, estilo de vida, organizaciones económicas y sociales. La perspectiva global nos confronta desembozadamente con una competencia total. Cada día se vuelve más impactante el conocimiento idiomático. Existimos en un ambiente de creciente e imprevisible cambio.

Graves problemas afectan a la humanidad y amenazan su supervivencia: el recalentamiento del globo terráqueo y el cambio climático, la escasez de alimentos y agua, la sobrepoblación, contaminación ambiental, depredación de la naturaleza, crisis energética, etcéctera, que deberán ser resueltos en las próximas décadas, siendo necesario desarrollar fuentes alternativas de energía limpia y renovable; dotando a las poblaciones de suficiente agua limpia, alimentos sanos, vestimenta funcional y, eventualmente, de ser el caso, transportándolas a otros planetas, probablemente a Marte.

La universidad moderna y emprendedora deberá afrontar estos múltiples y crecientes retos, formando profesionales y científicos con los conocimientos y capacidades acordes. Deberá desplegar una labor sumamente eficaz para asegurar el logro de tales metas. Sin duda, el punto de apoyo para lanzar este proceso de mejora continua acelerada, será alcanzar y superar formalmente la acreditación de la calidad de la educación.

Para ello, es indispensable la participación activa y permanente de los tres principales actores: Estado, academia y empresa.

El rol de la universidad es cada vez más determinante, especialmente en la formación ética y de los valores humanos, que se apoya y complementa con lo que el educando trae de su entorno familiar, cultura, religión y de la calidad de su educación escolar. Sin embargo, es necesario deslindar la responsabilidad de la universidad frente a esta premisa pues, como dice el antiguo adagio, “lo que Dios no da, Salamanca no otorga”.

Frente a esta dinámica que acelera exponencialmente los cambios que compulsan a una permanente adecuación, el reto es de tal magnitud que no nos podemos detener a lamentarnos y recriminarnos por el evidente divorcio contemporáneo que viven la universidad pública y la empresa privada en nuestro País.

No obstante, es oportuno hacer un alto en el camino y reinventar las bases, que con visión de futuro se requieren para consolidar y relanzar el binomio empresa – universidad como una entelequia de consubstancialidad y complementariedad. Es indispensable crear espacios de confianza que se basen en el respeto mutuo y comprensión de sus institucionalidades y fines, que si bien son concurrentes, no deben ser confundidas.

La colaboración entre la universidad y la empresa debe ser beneficiosa para ambas, privilegiándose el esquema “ganar – ganar”, siempre y cuando exista un claro entendimiento de los fundamentos de las políticas y procedimientos universitarios, y de las metas complementarias, pero distintas, que implica el fin de lucro de la empresa privada.

  •  Debe reconocerse que las asociaciones de egresados son el patrimonio más valioso y trascendente que puede tener una “universidad”.
  •  Deben fortalecer sus programas académicos de post grado, tanto de maestría como de doctorado. Las tesis deben basarse en proyectos de investigación mancomunados entre las empresas privadas, el Estado y la cooperación internacional, sufragados con fondos concursales no reembolsables y apoyados con becas, pasantías e intercambio de profesores e investigadores.
  •  La investigación científica y tecnológica debe traducirse en la generación de conocimiento innovador, susceptible de ser registrado y patentado como propiedad intelectual de la universidad. Asimismo, se deben generar tesis, ensayos (papers) y documentos publicables.
  •  Con esto, la universidad estará en condición de cumplir plenamente su misión de transferir conocimiento a la sociedad, no solamente por la vía tradicional de formar profesionales idóneos, sino también por los servicios especializados, la transferencia de tecnología y por la creación de empresas universitarias o startups/spin offs.
  •  Para ello, se requiere que la universidad cree una organización de alto nivel que promueva una estrecha vinculación con las empresas privadas, ofreciéndoles los servicios de las OTRIs, de incubadoras de empresas, de centros de desarrollo tecnológico, de observatorios tecnológicos, etc. Se debe buscar un permanente acercamiento, invitándolas a participar en actividades de común interés.
  •  Todo esto permite a las universidades públicas generar recursos económicos propios y paliar los insuficientes recursos transferidos por el erario público.

Un aspecto que deseo destacar se refiere al análisis de los desajustes educativos existentes. La universidad está dotando a sus egresados y titulados de un alto nivel de conocimientos teóricos. Esta competencia, si bien es valorada por las empresas, no calza con la demanda de competencias profesionales requeridas. Actualmente, las competencias demandadas son aquellas que permiten adaptarse, a través de su polivalencia y habilidades personales, a las necesidades cambiantes del entorno.

La universidad tiene que adaptar sus planes de estudio y contenidos de las asignaturas a las nuevas características del entorno. Los planes de estudio suelen ser diseñados casi exclusivamente por los profesores, prevaleciendo sus puntos de vista frente a lo solicitado por las empresas y la sociedad civil en general.

Para poder subsanar este problema, la elaboración de los planes de estudio debería compartirse con entidades que velan por el interés de la profesión. Debe tomarse muy en cuenta las recomendaciones de los colegios profesionales, las asociaciones de egresados y graduados, las asociaciones gremiales privadas y las organizaciones empresariales

Se debe conformar consejos consultivos a nivel de cada Facultad y/o Escuela Profesional. Se debe abordar el análisis desde dos vertientes: desde la demanda de la empresa y desde la oferta de la universidad: se debe contrastar el perfil demandado y el perfil ofertado por la universidad.

Hoy en día las 20 competencias y habilidades que deben poseer los titulados en ingeniería están claramente definidas internacionalmente:

  •  Habilidades para resolver con efectividad problemas de ingeniería aplicando los conocimientos de matemáticas y ciencias.
  •  Conocimiento de la práctica técnica industrial adecuada a su titulación.
  •  Conocimiento de las materias técnicas relevantes en ingeniería y habilidad para aplicarlas con efectividad a la solución de problemas.
  •  Conocimiento interdisciplinario y habilidad para aplicarlo con efectividad a los problemas de ingeniería.
  •  Conocimiento del impacto de las soluciones de ingeniería en un contexto global y social.
  •  Competencias en investigación y desarrollo de la ingeniería.
  •  Destreza y habilidad directiva en temas de ingeniería.
  •  Dominio del inglés como lengua de trabajo profesional y   medio de comunicación dentro de la ingeniería.
  •  Habilidad para trabajar en equipo en aspectos de trabajo relacionados con la ingeniería.
  •  Habilidad   para comunicar   con   efectividad   aspectos relacionados con   la ingeniería.
  •  Habilidad para documentar, con efectividad, aspectos relacionados con la ingeniería.
  •  Habilidad para trabajar, comunicar y cooperar en un entorno internacional en el ámbito de la ingeniería.
  •  Comprensión crítica en temas relacionados con la ingeniería.
  •  Comprensión sistemática y enfoque histórico que le permita considerar y después actuar, en consecuencia, la relación de su actividad en ingeniería y otros campos.
  •  Conocimiento de la responsabilidad ética y profesional en trabajos relacionados con la ingeniería.
  •  Entendimiento del impacto de las soluciones de ingeniería en un contexto global y social basado en una educación generalista.
  •  Compromiso de cambio hacia una sociedad del desarrollo sostenible en los aspectos que atañen a la ingeniería.
  •  Visión empresarial en el campo de la ingeniería.
  •  Consciencia de la necesidad y habilidad necesaria para formarse continuamente durante toda la vida en aspectos relacionados con la ingeniería.
  •  Voluntad de participar activa y comprometidamente en la definición de políticas tecnológicas relacionadas con la ingeniería.

A estos criterios se agregan:

  •  La capacidad de auto aprendizaje
  •  El espíritu innovador y emprendedor
  •  Las cualidades humanas que favorecen las relaciones personales

Se sabe que los aspectos más valorados por las empresas en los estudiantes realizando prácticas o recién egresados responden a las siguientes competencias:

  •  Habilidades sociales: capacidad de trabajo en equipo; capacidad de organización y planeamiento; capacidad de comunicación; adaptabilidad; capacidad analítica y de decisión.
  •  Habilidades personales: autonomía; creatividad; responsabilidad y orden; dotes de mando; dinamismo; entusiasmo y emprendimiento.
  •  Habilidades   académicas   y   extra-académicas:   determinada   especialidad; conocimiento de idiomas; conocimientos de informática.

La institucionalización de las   relaciones   de la universidad con el entorno socioeconómico es más fructífera cuando esta ha ganado prestigio en su ámbito geográfico de influencia, ya sea por la calificación de los profesionales que forman o por la capacidad demostrada por los miembros de la comunidad académica para resolver demandas planteadas por los elementos de dicho entorno en el ámbito científico-técnico.

Así tenemos que la relación entre la universidad y la empresa o industria abarca un abanico de posibles actividades y acciones concertadas, tales como:

  •  Financiamiento de los costos de investigación mediante contratos y contribuciones.
  •  Licenciamiento de patentes y tecnologías propiedad de la universidad, a las empresas.
  •  Legados y donaciones privadas en favor de la universidad, sus facultades, escuelas profesionales o cátedras.
  •  Programas de intercambio entre la universidad y la empresa, incluyendo: pasantías de profesores, prácticas pre profesionales de alumnos.
  •  Participación de delegados de las empresas privadas en consejos consultivos sobre asuntos académicos y en otras actividades del “campus”.
  •  Proyectos de investigación cooperativa, que pueden incluir participantes del gobierno y el uso de facilidades reservadas.
  •  Servicios especializados y de certificación internacional que puede brindar la universidad a las empresas, utilizando facilidades específicas, sobre la base del cobro de tarifas utilitarias, que aseguren el sustento continuado del mismo.
  •  Construcción de infraestructura de investigación y desarrollo de las empresas, en propiedad de la universidad (parques o polígonos de investigación).
  •  Servicio de consultoría por el cuerpo docente de la universidad.
  •  Participación   de delegados empresariales como observadores y/o jurados calificadores de tesis de grado.
  •  Participación de delegados empresariales en la creación y desarrollo de “incubadoras de empresas”.
  •  Apoyo a las empresas universitarias o startups/spin-offs.
  •  Premiación al mérito estudiantil mediante becas y bolsas de estudio, además de ordenadores y otros instrumentos y equipos profesionales.
  • Creación de cátedras de excelencia (fellowships) que permitan subsidiar las remuneraciones de docentes e investigadores destacados que se desempeñan en la universidad a dedicación exclusiva.
  •  Creación de bolsas de trabajo para bachilleres y profesionales.
  •  Extensión universitaria: Actividades culturales de teatro, conciertos, coros, exhibiciones y muestras de arte, diseño arquitectónico e industrial, arqueológicas, museos de ciencia y tecnología, desfiles de modas, ferias, etc.
  •  Visitas programadas al campus universitario y a las facultades, que incluyan demostraciones de desarrollos e innovaciones.
  •  Simposios, foros, talleres, conferencias y cursillos con la participación de la asociación de egresados y graduados, de colegios profesionales, de asociaciones gremiales empresariales y de técnicos.
  •  Prospectiva, a través de observatorios tecnológicos, que apoyen los sistemas sectoriales de innovación y la transferencia de tecnología a las empresas, con énfasis en las PYMES.
  •  Giras nacionales e internacionales de estudio e intercambio, organizadas por la universidad a pedido de sectores empresariales o gremios y con participación de docentes.
  •  Actividades académicas para profesionales que laboran en empresas: programas diplomados, ciclos de especialización, cursos de actualización, formación continua, tele-educación, etc.
  •  La universidad para toda la vida: programas masivos de bajo costo (subsidiados por la industria privada) para la reconversión y habilitación de ingenieros con experiencia profesional que ha quedado obsoleta o que han sido desplazados por avances tecnológicos, pero que se encuentran en la plenitud de sus facultades.

Dentro de estas actividades, deseo destacar una que requiere ser abordada urgentemente por las partes universidad y empresa, a efectos de sistematizarla y formalizarla. Me refiero a las prácticas pre-profesionales en empresas o en instituciones públicas y privadas, que deben contribuir a la adecuada formación académica del estudiante.

Las prácticas pre-profesionales aportan una valiosa experiencia que permite la comprensión de la estructura, organización y funcionamiento de una empresa o institución y su entorno. Las prácticas en empresas permiten conocer personalmente a los futuros profesionales pasibles de ser contratados. Asimismo, ayudan a establecer el perfil académico y profesional que debe reunir el título universitario.

Haciendo un paréntesis, sin duda estaremos de acuerdo en que lo enunciado y enumerado anteriormente no tiene validez si no conlleva una visión de futuro.

Es posible que a partir del año 2015, si la economía mundial empieza a normalizarse, la industria manufacturera en el Perú retomará un acelerado ritmo de crecimiento al aprovechar los ventajosos acuerdos de comercio exterior que tiene suscritos con 59 países, que representan un mercado acumulado de 3,100 millones de consumidores (45% de la población mundial) y al crecimiento reactivado de la demanda interna.

Este desarrollo demandará un crecimiento proporcional de las capacidades instaladas. Es decir, grandes inversiones en maquinaria, equipo e infraestructura de avanzadas tecnologías en todas las cadenas manufactureras y sus actividades conexas, lo que creará grandes oportunidades de empleo directo e indirecto, de producción y de servicios, a todo lo largo y ancho del territorio nacional. Para asegurar el logro de estas expectativas, es fundamental contar oportunamente con los recursos humanos idóneos y suficientes en toda la pirámide ocupacional.

La responsabilidad ante la dimensión de este desafío obligará a las escuelas profesionales de ingeniería existentes en el país, así como a las escuelas no universitarias que forman tecnólogos y a las instituciones que imparten formación profesional a nivel calificado y de mando medio, a tener que revisar y repotenciar con carácter de urgencia todos los aspectos, tanto académicos como de equipamiento e infraestructura, de los programas que ofrecen.

Será imprescindible que revisen integralmente la estructura y el contenido curricular de sus programas de enseñanza, adecuándolos con visión de futuro a las verdaderas necesidades de la industria y el comercio, dosificando los conocimientos de ciencias básicas, ciencias de la ingeniería, ingeniería aplicada, ciencias humanas y sociales, de conformidad con las recomendaciones pedagógicas de la era digital. La revisión y adecuación de currículos y syllabus deberá ser un ejercicio permanente.

El objetivo de elevar la calidad de la enseñanza pasa necesariamente por la de los docentes y su dedicación a la cátedra, lo que implica contar con el número adecuado de profesores principales y asociados calificados, así como de jefes de práctica y auxiliares experimentados, debidamente remunerados.

Es indispensable formar docentes e investigadores del más alto nivel académico y científico para impulsar la I+D+I, aprovechando todas las ventajas comparativas y competitivas que poseemos. Esto conlleva a la creación de escuelas para graduados que permitan otorgar los grados de Magister en Ciencias de Ingeniería y Doctorados, en base a programas académicos avanzados y de especialización y la sustentación de tesis sobre proyectos de investigación concertados y auspiciados por empresas e instituciones privadas y/o estatales.

Asimismo, es necesario contar con las facilidades físicas de talleres, aulas TIC y laboratorios modernos, debidamente implementados (con máquinas, instrumentos de medición y ensayo, herramientas, material didáctico, biblioteca virtual especializada); y la correspondiente organización operativa y de mantenimiento (suministros, materiales de consumo y de laboratorio).

La vida se desdobla en ciclos: nacemos, desarrollamos y morimos. El ciclo de vida humano cubre unas pocas décadas, mientras que las civilizaciones tienen ciclos de apogeo y de decadencia. Hasta los planetas y estrellas nacen y mueren, aunque sus ciclos de vida duran millones de años.

La gran recesión mundial que se inició en el 2008 pronto desembocó en una mega crisis global de temores entrelazados sobre el cambio climático, la escasez energética, la inestabilidad financiera y otras amenazas aun no vistas. Todo esto pinta un futuro de interminables crisis. Probablemente sea una transición dolorosa a un incomprendido mundo diferente, a un mundo “maduro”.

La revolución tecnológica está impulsando un viraje evolucionario hacia una avanzada civilización de alta tecnología y con lógica propia. Es una transición que transformará dramáticamente los sistemas globales, las instituciones sociales y las vidas personales de los seres humanos.

La revolución tecnológica se encuentra en una etapa incipiente, pero sus fuerzas están desencadenadas en la mayoría de los sectores industriales cual torrentes inagotables de innovaciones que van llegando al punto de despegue. Una revolución “verde” es inminente y promete sacarnos de la recesión económica global.

Antes del bicentenario de nuestra independencia habrán madurado: fuentes alternativas de energía renovables, vehículos inteligentes, interfases inteligentes, granjas ganaderas verticales, agricultura orgánica de precisión, automóviles híbridos y eléctricos, desalado económico del agua de mar, nanomáquinas, nanotecnologías, biogenética (órganos artificiales), negocios verdes, Web 3.0, computadoras ópticas, estructuras de grafeno, y un sinnúmero de otras novedades.

Se pronostica que dentro de 25 años –una generación– el 70% de los oficios que se van a requerir aún no existen.

Se continuará produciendo grandes cambios mentales en la sociedad. El sentido común y la experiencia no serán de mucha ayuda debido a que lo que se viene nunca ha sucedido antes.

Al finalizar mi alocución, deseo agradecer a todos los presentes por haberme escuchado pacientemente y a la APTT por haberme invitado a dialogar con ustedes.

Que Dios los bendiga.