“El sector textil necesita un acompañamiento más fuerte por parte del estado”

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Escribe: Redacción Mundo Textil

El gerente general de la empresa Textil del Valle, Juan José Córdova Benavides, asegura que el próximo lanzamiento de la marca Perú Textiles será un paso clave para la consolidación de un clúster empresarial. “Tenemos un potencial enorme y buscamos trabajar de manera conjunta con el sector público, para poner a la industria textil peruana donde se merece”, aseguró en conversación con la revista Mundo Textil.

Este proyecto, que es desarrollado junto con PromPerú y que contará con el apoyo de la consultora Mckinsey & Company, busca replicar las experiencias exitosas de países de Centroamérica como Honduras, donde la producción del sector textil creció 10 veces en sólo tres años. “Necesitamos que el Gobierno nos ayude a tener una mejor vitrina como sector a nivel mundial”, explicó el empresario textil.

Juan José Córdova Benavides también reveló las nuevas estrategias implementadas por Textil Del Valle para adaptarse a las actuales expectativas y exigencias del mercado y sus clientes, como las alianzas con diseñadoras locales, la inversión en tecnología, automatización y digitalización de su industria, y la reducción de su huella de carbono.

¿Usted comentó que el mercado textil está buscando factores que trasciendan a los productos finales. ¿Cómo está adaptándose Textil Del Valle a estos cambios?

Trabajamos en tres aspectos: desarrollo, costo y sostenibilidad. En el primer eje, por ejemplo, hemos comenzado a invertir e innovar en el desarrollo de prendas. Para la temporada Spring-Summer 2020, presentaremos colecciones con estilos creados por diseñadoras locales como Sumy Kujon y Fátima Arrieta, quienes han sido contratadas por Textil Del Valle. En la historia del mercado textil peruano, las fábricas solo daban telas a los clientes. Ahora, nosotros vamos a ofrecer telas y diseños. Queremos innovar y ellas nos ayudarán a desarrollar nuevos estilos de prendas.

¿Respecto a los costos?

Estamos invirtiendo en la digitalización de la planta, como la adquisición de tablets para evitar el uso de papel. También hemos comprado equipos de última tecnología para el área de manufactura. Hemos incorporado basteras y pecheras automáticas, y máquinas de coser que están alineadas por wifi. Además hemos invertido US$2 millones en el desarrollo del área de impresión. Este paquete de inversiones de impresión digital nos ayudará a ofrecer prendas con mayor valor agregado.

En cuanto al eje de sostenibilidad, ¿cómo están acercándose a este objetivo?

El nuevo mercado está protagonizado por los millenials, quienes apuestan por la sostenibilidad. En Textil Del Valle trabajamos en dos frentes. En el interno, por ejemplo, ofrecemos programas de yoga para todos nuestros colaboradores. Incluso hemos organizado un primer mega evento con todo el personal de la empresa para una sesión de yoga integral con 2.700 personas. Hemos desarrollado además un programa de nutrición y el proyecto denominado ‘La Luluchacra’. Este consiste en dos hectáreas de sembríos de vegetales de primera necesidad, que son cuidados con agua tratada del proceso de la fábrica y consumidos en nuestro restaurante.

En el frente externo, por su parte, hemos reducido nuestras emisiones de CO2. Pasaremos de una emisión anual de 1.300 toneladas a sólo 185 toneladas para el año 2020.

¿Cuál es la situación actual del sector textil peruano?

Tenemos la capacidad para poder seguir creciendo, aunque eso no limita que podamos invertir en nuevas tecnologías. El sector textil necesita un acompañamiento mucho más fuerte por parte del Estado, no solamente para los actuales empresarios, sino también para las futuras inversiones. Necesitamos que el Gobierno nos ayude a tener una mejor vitrina como sector a nivel mundial. El desarrollo que han tenidos los países centroamericanos ha sido a causa de un trabajo conjunto entre la empresa privada y el sector público. Acá se han hecho intentos, pero no han sido suficientes.

¿La competencia internacional afecta al rubro de confecciones?

China ya no es la gran amenaza. Hoy lo son Vietnam, India, Bangladesh, Honduras o El Salvador. El costo de la mano de obra en China es cercano al peruano, con US$2,65 la hora trabajada frente a los US$2,78 por hora que ofrece nuestro país. El costo de mano de obra industrial en el sector textil en India es US$1,12, mientras que en Vietnam alcanzan los US$0,74. Los peruanos necesitamos mejorar nuestra eficiencia para ser más competitivos. Un ejemplo: un supervisor de una prenda en Perú puede revisar 300 prendas, mientras que en Honduras puede hacerlo con 400. ¿Por qué uno puede hacer mejor las cosas?. Este es un negocio en que la ingeniería es fundamental.

Frente a estos desafíos, ¿qué soluciones plantea la industria nacional?

Las principales empresas del sector nos estamos reuniendo para elaborar un proyecto integral. El Estado peruano y las empresas privadas nos podemos alinear en torno a objetivos comunes. Es muy probable que Mckinsey & Company, la más prestigiosa consultora del mundo, nos acompañe en este trabajo.

¿Cuáles son estos objetivos comunes de las empresas del sector textil?

Queremos replicar la experiencia de ‘Honduras 2020’, el plan de desarrollo de este país centroamericano para transformar el sector privado, fortalecido por el sector público. Actualmente, ellos exportan siete veces más que nosotros. Hace cinco años era la mitad. Es decir, su producción creció 10 veces en sólo tres años. Nuestro objetivo es replicar este caso de éxito con la realidad peruana, con el apoyo de la misma consultora que realizó el plan de desarrollo hondureño. El impulso del sector textil peruano será acompañado por una marca potente, que desarrollaremos en conjunto con PromPerú.

¿Cuál es el nombre de esta marca?

Perú Textiles. ¿Cuál es mi sueño? Aprovechar el potencial de nuestro sector textil, que se remonta a la época de la cultura Paracas hace más de 2.000 años, quienes eran los mejores textileros de este hemisferio. Nosotros llevamos ese talento en nuestro ADN. Esta historia milenaria de textiles debe llevarnos a que “Made in Perú” tenga la misma fuerza que “Made in Italy”. De esta manera, generará valor en el mercado y el producto costará más. Así, por ejemplo, Lacoste podría estar dispuesto a pagar un poco más por telas peruanas porque con ellas podría vender sus productos por US$10 más. Tenemos que exponer nuestras ventajas como industria textil al mundo. 

¿Han establecido un plazo para la implementación de Perú Textiles?

Recién hemos comenzado, ya conformamos un comité. También es importante cambiar algunas reglas de juego y alinear algunas políticas públicas a los objetivos que vamos a plantear, para ir de la mano desde el punto de vista tributario, social y laboral. El proyecto también incluirá a los agricultores. Al año 2019 hay 10 mil hectáreas de algodón en el país, sobre todo en el valle del Jequetepeque y del Zaña. Hoy en día, el arroz ya no es negocio en el norte del país, y el algodón otorga una mayor rentabilidad y mayor valor en el mercado, pues es 100% peruano y libre de transgénicos.

¿Cuál será el papel de los agricultores en la marca Perú Textiles?

Detrás de esta marca deben estar el agricultor, el hilandero, el fabricante de prendas; es decir, todo el clúster textil. Debemos desarrollar algo similar a lo que pasó con la comida peruana. Detrás de un plato de ceviche no sólo están los chefs o el restaurante, también participaron el pescador, el agricultor, el fabricante de servicios de catering, aquel que fabrica los platos y los manteles. Es un paquete potente y tenemos que tener una marca igual de potente para el sector textil.

¿Qué rol cumplirá el gremio textil en el desarrollo de esta marca?

Contamos con la Sociedad Peruana de Exportadores de Prendas de Vestir (Prevex), cuyos integrantes nos estamos juntando nuevamente para dar un realce al sector, replicando estrategias y políticas exitosas de otros países. Con Perú Textiles queremos cambiar la mente del consumidor extranjero para que reconozcan que existe en nuestro país un clúster potente: desde el algodón hasta la fabricación de prendas de vestir.

¿Cuál es su evaluación del sector textil peruano hacia el futuro?

Veo el panorama con mucha ilusión y optimismo. El mundo quiere las prendas peruanas y nos debemos sentir orgullosos de eso. Tenemos un potencial enorme y buscamos trabajar de manera conjunta con el Estado para poner al sector textil nacional donde se merece. Con este trabajo esperamos estar en el mismo podio que la agroexportación. A eso estamos apuntando.


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