Tejiendo el futuro: La educación textil en el Perú

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2015

Escribe: Yuriko Aquino
Fotos: Difusión y Andina

El sector textil emplea a 180 mil trabajadores en el país. Actualmente, requiere de perfiles específicos para hacer frente a las demandas globales de productividad y competitividad, sobre todo en esta complicada coyuntura. Conversamos con seis autoridades de importantes centros de estudios sobre la malla curricular, las clases a distancia, la tecnología que emplean y los retos en la carrera.

El mercado textil en el Perú ha crecido considerablemente en los últimos años gracias a la calidad de sus confecciones y de su materia prima. La industria está remontando y para elevar su competitividad necesita de innovación. Es necesario, desde las aulas, formar a profesionales que aporten a esta industria su conocimiento y dominio sobre las últimas tecnologías, sobre todo en esta actual pandemia que ha reinventado la forma de aprendizaje y enseñanza.

Renovando la malla curricular

A nivel de currícula, la apuesta en general es por la diversificación para desarrollar profesionales que no sólo piensen de manera operativa, sino que también puedan gerenciar el desarrollo de productos. Para el Ing. Oscar Tinoco, director de Ingeniería Industrial de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM), la sostenibilidad es fundamental y transversal a cualquier actividad. “Somos conscientes de que la industria textil es la segunda más contaminante a nivel mundial y ese es un desafío para nuestros estudiantes. Ellos tienen que salir de la universidad con la mentalidad de que hay que desarrollarla pero cuidando y respetando el medio ambiente”, señala.

Por su parte, el Lic. Oscar Mallqui, jefe de la Escuela Confecciones de SENATI, asegura que es importante incluir herramientas de gestión de proyectos y habilidades blandas. “Nos interesa que nuestros profesionales dentro de una empresa puedan trabajar en equipo, buscando mejoras continuas y con mucha visión de innovación tanto en procesos como en productos. Un técnico bien formado se tiene que relacionar”.

El Ing. Rigoberto Marín, jefe del Laboratorio Textil de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), plantea que las mallas contengan el pasado, presente y futuro de la industria. En el pasado se contaría la historia de hilatura, tejeduría, tintorería, etc.  Para el presente, los estudiantes investigarían sobres las máquinas, las actualizaciones y todos sus procesos. Finalmente, en el futuro se observaría todo lo que se viene y los avanzados métodos que ya se implementen en otros países.

Es necesario, además, que la teoría se combine con  visitas técnicas guiadas a las plantas para que el profesional al egresar tenga conocimiento del escenario donde se desenvolverá, acelerando su entrada al mundo laboral. Finalmente, se debe hacer hincapié en el aprovechamiento de los recursos naturales de cada zona y adaptando el plan de estudios a dichos recursos. De esa forma, la industria textil podría contar con mano de obra especializada en la materia, lograr una producción más eficiente y fomentar que se exploten los recursos disponibles en las regiones tan variadas que conforman el Perú.

De igual manera, se exige a los docentes conocer de cerca a la industria y estar al tanto de los nuevos procesos. “Los profesores deben involucrarse con un concepto más amplio que solo lo textil. Deben integrar todo lo que es calzado, ropa de trabajo, la moda misma y los procesos”, menciona el Ing. Tinoco.

Nuevos profesionales

La industria textil requiere cada día mejores profesionales con conciencia ambiental y capacidad crítica. “Los chicos que están egresando son bastante analíticos, observadores, muchos de ellos son emprendedores y están generando sus propias empresas”, precisa el Ing. Tinoco.

Los nuevos profesionales tienen mucha facilidad para conectarse, ya que son nativos digitales por excelencia. Ellos comparten, se comunican y producen mensajes a través de diversos dispositivos y de las redes sociales. “Esto se ha comprobado con la virtualidad que estamos viviendo a la cual ellos se han adaptado muy rápidamente. Los jóvenes se acomodan al cambio y le sacan provecho. Power Point, Zoom y todas esas plataformas ya las sabían usar desde antes”, comenta el Ing. Rigoberto Marín.

También juega un papel decisivo en la formación de los profesionales la innovación, ya que está asociada a la creatividad, y sin esos dos ingredientes una empresa puede tener problemas y conducir a su desaparición. Actualmente, este concepto ya no es considerado solo un valor agregado en las compañías, sino una necesidad para mantenerse competitivas.

Afrontando la pandemia

La rápida propagación de la COVID-19 en nuestro país obligó a los centros de estudios a cerrar y adaptarse a la educación a distancia. El decano de la Facultad de Ingeniería Química y Textil de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), Abel Vergara, cuenta que toda la plana docente tuvo que aprender rápidamente cómo trabajar en plataformas como Zoom y Google Classroom. “A pesar de las dudas por la inexperiencia, la enseñanza teórica vía virtual tiene sus ventajas. Ha ayudado a digitalizar gran parte del contenido en un tiempo increíblemente corto, haciendo las clases accesibles sin importar el lugar de los estudiantes”, comenta.

Esta nueva normalidad, como se conoce, también ha ayudado a tener fuentes de conocimiento a nivel internacional como charlas, capacitaciones y conferencias. Por ejemplo, los alumnos de la UNMSM realizaron en octubre el cuarto Congreso Internacional Textil e Industria de la Moda por primera vez de forma virtual. El evento dictó cursos y reunió a ponentes nacionales y extranjeros. Tuvo una gran acogida y las inscripciones se llenaron rápidamente, pues pudo llegar a muchas personas en todo el mundo que no hubiera podido de forma presencial.

Esta digitalización a la que hacen referencia los docentes también ha eliminado las barreras físicas para asistir a un desfile. Es así que en el Congreso Internacional Textil e Industria de la Moda se realizó una pasarela virtual. Muchas conocidas marcas también han reinventado esa experiencia  y ahora modelan avatares, la ropa desfila sola o hay prendas digitales que se elaboran a través de tecnología 3D.

Sin embargo, una de las mayores desventajas en la que todos los entrevistados coinciden ha sido la adaptación de las clases en laboratorios a la modalidad virtual. Muchos de los docentes han hecho grabaciones en el laboratorio utilizando la maquinaria disponible y se las han enviado a los alumnos, pero no es la misma experiencia que la presencial. Incluso, algunos centros de estudio a la fecha siguen sin habilitarlos y están a la espera de que los estudiantes puedan asistir a las clases. Esta medida ha hecho que muchos de ellos se retrasen y no puedan avanzar con normalidad la malla curricular.

Algunas universidades extranjeras con más experiencia en el tema utilizan el laboratorio con hardware de acceso remoto. Es un método complejo y avanzado técnicamente donde los estudiantes se conectan desde casa mediante un programa de control, con lo cual pueden trabajar remotamente con un circuito controlado por una FPGA (un dispositivo electrónico programable). Pueden observar los resultados mediante una cámara web.

“Actualmente en la virtualidad le estamos dando hincapié al tema creativo y de innovación. Las exigencias y hábitos de consumo han cambiado y tenemos que adaptarnos. Es un futuro retador, por eso el tema textil se vuelve multidisciplinar”, manifiesta la Ing. Ilse Rivas, gerente del Centro Tecnológico de Textiles y Confecciones de SENATI.

La necesidad de avanzada infraestructura

A pesar de que somos un país milenario a nivel textil, la falta de infraestructura y tecnología en materia textil es evidente. La Ing. Patricia Larios, directora del Centro de Estudios de Innovación Textil (Ceitex) de la Universidad de Lima, señala que estamos muy atrasados a comparación de países como Alemania, Italia o China que desarrollan nanotecnología, tejidos inteligentes o mejora de procesos desde el ámbito digital. El problema es que para trabajar con esas nuevas tecnologías se requiere de infraestructura. La directora cuenta que lamentablemente las empresas textiles peruanas tienen que importar profesionales para poder mejorar sus procesos e incorporar esas nuevas metodologías.

¿Por qué, entonces, la Academia no invierte en ese tipo de maquinaria? La Ing. Larios expresa que los jóvenes al elegir una carrera no apuestan por la ingeniería textil. Asimismo, los padres de familia no conocen de la misma y piensan erróneamente que es solo costura. “Si el curso no va a llenar aulas ni es rentable, muy difícilmente los centros de estudios invertirán en estas herramientas”, asegura. Ella propone que desde el colegio se pueda explicar claramente las diferentes ofertas para estudiar más allá de las carreras conocidas y que los alumnos puedan visitar el campus y pasar un día en clases.

El Ing. Oscar Tinoco expone que la relación empresa, Academia y sociedad es fundamental para contribuir a una formación más eficiente en educación textil y sería una solución a este problema. “Nos gustaría que haya más puentes y que se concreten ese tipo de alianzas estratégicas de tal manera que desde los primeros ciclos los estudiantes vayan familiarizándose con las actividades y la tecnología”, sostiene.

Un importante paso es de la Universidad de Lima que ha firmado convenios con el gobierno italiano para implementar el primer centro tecnológico ítalo peruano. Desde Italia, está viniendo maquinaria de hilatura, luego vendrán máquinas de tejeduría y finalmente de tintorería al campus universitario. También habrá transferencia de especialistas para que puedan capacitar a los docentes peruanos.